viernes, 12 de octubre de 2007

Secretillos (no tan) ocultos

A veces la gente tiene la habilidad de hacer mal uso de las cosas, y de no reconocerlo, por lo que no puedes decirles nada si no quieres que armen un pollo.

Un ejemplo de ello es usar herramientas del trabajo como si fueran propias y privadas... craso error ;-)

Veamos como puede darse un caso de estos. El programador A tiene un portátil de la empresa con el cual trabaja, un pedazo de maquinón carísimo, de marca puntera y gama alta. Un día, mientras está "trabajando" en casa con él, se le cae al suelo desde baja altura. A raiz de eso, el disco duro empieza a fallar y... oh! resulta que hay código resultante de una semana de trabajo en el disco que no ha sido pasado al servidor.

Entonces me pasan el marrón a mi, asi que desmonto el disco, lo enchufo al PC de turno, y empiezo a utilizar todas las herramientas habidas y por haber para recuperar datos. Y una vez recuperado todo lo recuperable empiezo a comprobar si está lo que tiene que estar...

El resultado es que curiosamente el código se ha ido al limbo para siempre, pero que se han recuperado la mayoría de los documentos personales del programador A. Entre ellos la carpeta "Mis Imágenes", donde A ha guardado las fotos que hace con su cámara, una Konica-Minolta Dimage de la serie Z creo recordar, que llevaba con el a todos lados. Veamos pues el resultado de sus inspiraciones ;-)

Ummmm, no estoy seguro, pero la chica desnuda que sale en las primeras fotos creo que es su novia en diversas poses "artísticas", si entendemos por artística la exhibición de sus partes íntimas, claro... y lo que viene después parece un autorretrato de la churra desde el ángulo superior... y luego Bingo!!!! Son los dos haciendo cositas de novios!!! Bieeeeen!!!!!

Evidentemente, no puedo ir a decirle "Chato, el código se ha ido al cuerno, y ademas tienes la churra levemente torcida hacia la izquierda, si entras por la banda penetrarás mejor", ¿verdad?
Pues no, en estos casos lo que se hace es llamar a algún compi de curro y enseñarle lo que has encontrado para descojone general. En este caso, fué al Señor de Ardunia (véase link en el lateral derecho), que en aquella época curraba conmigo y puede dar fe que el mencionado programador tenía la churra torcida.

Otro día quizás os cuente la secreta afición de otra de las currantas de esa empresa a sacarse autorretratos en cueros delante de espejos ;-)

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