El tamagochi

Antes de abrir la boquita, lo he escrito mal aposta, ¿vale? :-)

Y ahora a la historia. Erase una vez que se era una empresa donde se necesitaba un antivirus, y vino un peazo de comercial hijo de p.... y nos vendió la moto. Así que nos vendieron el antivirus del úrsido blanquinegro de las pelotas.

Una semana después nos pusimos manos a la obra, e hicimos un deploy programado, que aunque parezca ciencia-ficción, funcionó perfectamente a la primera. Cosas de ser "pofesionale" ;-)
Satisfechos de nuestra labor, fuimos a dormir felices y tranquilos.

Al día siguiente, recibimos la siguiente llamada en informática:

Usuaria: Hola! Me sale una cosa rara en la pantalla!
Yo : Vaya por dios! ¿Y que cosita es?
Usuaria: Me ha salido un perrito abajo a la derecha!
(En ese momento pongo el manos libres y hago gestos a mi compi para que escuche)
Yo: A ver... ¿me lo puedes repetir?
Usuaria: Que me sale un perrito en la pantalla!!!
Compi: Cati, me oyes?
Usuaria: Si
Compi: Verás, lo que te aparece por pantalla es la nueva mascota virtual de la empresa. Ahora mismo estamos preparando un concurso entre todos los empleados para darle un nombre, y Gerencia me ha dicho que habrá un premio para el ganador. Y tú vas a ser la primera en participar! ¿Qué nombre te gustaría que tuviera?
Usuaria: ¿Qué?
Compi: Que qué nombre quieres ponerle!
Usuaria: Me estáis tomando el pelo, no?
(En este momento fue cuando ya no pudimos mas y nos descojonamos en estéreo)
Usuaria: Sois unos cabrones! (click!)

Recuerdo ese momento con especial cariño, y sigue siendo recordado en cenas y reuniones ;-)

NOTA: Al cabo de un mes, hartos, nos devolvieron el dinero, desinstalamos el antivirus del osito, y acabamos poniendo el del simbolito parecido al Ying y el Yang. Y si no sabeis de que hablo... aprended, coñe!

NOTA 2: Mi compi y yo acabamos currando años después para el comercial hijoputa.

NOTA 3: Ya no trabajamos para el... y sigue siendo un hijoputa.