Ya os conté hace algún tiempo la afición que tenía una chica que trabaja para uno de nuestros clientes a enseñar la pechonalidad de forma exagerada. He llegado a creer que se pega la tela de los escotes a la piel, porque un milimetro más abajo y los pezoncillos se asomarían a saludar a los transeúntes. Personalmente eso me suele poner de mala leche, ya que al curro se va precisamente a currar y no a enseñar cacho. Y aparte, me gusta ver chicas guapas como a todos, pero no que me estampen tetazos en toda la retina.
Bueno, el caso es que hay otra chica en la empresa, amiguita de la anterior, que últimamente estaba siguiendo el ejemplo. En su caso es peor, puesto que está menos dotada, e intentaba suplir la falta mediante artificios, empleando sujetadores con relleno, de los que alzan lo poco que se tenga, y hacen de la más plana una Miss Canalillos. Al igual que la otra ha empezado a a bajar el escote hasta límites peligrosos. Aunque si bajamos el centro de atención, gana en el apartado de posaderas a la primera.
Como os podréis imaginar, ir a trabajar allí es un suplicio, porque salimos todos con el cuerpo alterado. Tuve ocasión de hablar con uno de los (pocos) chicos que trabajan allí, y me comentó que todos esos alardes de exuberancia respondían a un pique entre ambas, para ver cuál es la más supermegasexyguay.
Pero hete aqui que ayer, al pasar por allí había dos operarios que fueron a subsanar unos pequeños problemas en el nuevo sistema de aire acondicionado, para lo que se tenían que subir a una escalera para llegar a la maquinaria que está en el techo. Obviamente se fijaron en una de las chicas, disimulando todo lo mal que lo suelen hacer los operarios (yo al menos mantenía la cabeza en dirección a la pantalla). La otra se da cuenta, y empieza a hacer paseíllos para desviar la atención. La primera pasa al contraataque con posturitas del estilo "Uy, se me ha caido esto y ahora al agacharme se me ve todo-todito-todo". Las dos sacan todo su arsenal de pechos desafiantes y culos en pompa en un duelo de titanes. Y el que está encima de la escalera, que ya está algo nerviosillo se estira un poco más de lo que debería para ver un poquito más y... PATAPAM!
Operario y escalera por el suelo, y luego corriendo a la mutua por el costalazo que se había metido...
Nada mas salir aquellos, el jefe llamó a las dos al despacho, no pude oír exactamente lo que les decía, pero sonaba a "Basta de zorroneo!". Según me ha dicho por teléfono mi confidente hoy, han ido a currar de lo más normalito y recatadito. Y por suerte el salidillo de la escalera no se ha roto nada, y tan sólo se ha llevado unos buenos morados como recuerdo.
Hala, ya podéis empezar a comentar y a despotricar contra mí ;)
8 comentarios:
Increible tranbajar alli, como lo haces? jaja
Tengo yo también a otra de esas por aqui cerca, jeje. Van mas pendientes de si mismas que de hacer su trabajo. Que lastima!
Pues yo no veo que hay de malo en enseñar "la pechonalidad" como insistes en llamarla.
Ahora, que se pongan a competir por eso me parece absurdo, y que los tíos se vayan fijando quien está plana y quien no también me lo parece.
Sinceramente, lo veo soez. Enseñar el escote, las perolas o en canalillo, bajo mi punto de vista, lo veo de una facha de tabernera que no puedo con ello.
El vólumen, se nota, no hace falta que se enseñe... es que me molesta y todo.
Luego, esta panda del golfillas, se quejarán de que las miran, las señalan, las dicen soeces y demás... ¡¡pero si los provocan ellas!!
Lo del duelo entre ver cuál de las dos era la más chupiguay ya te lo dije yo... recuerda que hablas con una de mujer...
Pues a mí no me parece mal que una mujer muestre escote, se pite, se arregle, qué de malo hay en ello? Acaso es mejor ir todos grises al trabajo? Yo creo que no.
Aquí el problema es cuando se deja de hacer el trabajo para comenzar a hacer el gili***as. Pero no me parece peor que los graciosillos que se ponen a contar chascarrillos...
A mi no me parece mal que enseñen carne, lo que me parece mal es que se molesten si les miran, entonces porque coño enseñas! si yo fuera con la porra al aire por la oficina y alguien se me queda mirando, encima es culpa suya! jajaja es que es de traca
jajaja las cosas que ocurren, seguro que el operario ese se lo piensa dos veces antes de volverlo a hacer jijij
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