Tenemos un cliente bastante conflictivo, británico él (o sea, un hijo de la Gran Bretaña), el cual me ha alegrado la reentrada en la cruda rutina.
Todos y cada uno de los técnicos que le hemos tratado acabamos con la convicción de que nos había pillado manía, hasta que intercambiamos opiniones y nos dimos cuenta que ese capullo nos odia a todos. Lo raro es que siga siendo cliente nuestro, porque nos trata como absoluta escoria.
Su empresa tiene varias oficinas, y me he desplazado a una de ellas para hacer el mantenimiento contratado. El primer equipo que he estado mirando estaba detrás de una mampara de vidrio semitraslúcido, por lo que si se entraba por la puerta, se podía adivinar mi silueta detrás, pero no se podía saber quién estaba sentado ahí.
Mientras estoy sentado allí, oigo cómo entra el anglosajón, y de repente, escenificando una especie de baile, ha empezado a cantar algo así como "Good morning, good morning", plantándose delante de cada una de las mesas, a modo de saludo de año nuevo a sus empleados (mayoritariamente féminas). Y así, cual Fred Astaire, de un salto gracil y estiloso se ha plantado delante de mi, cambiando su semblante de alegría por uno de sorpresa, luego vergüenza, y luego supongo de cabreo monumental. Y el gallito que le ha salido ha sido de antología.
Con un esfuerzo digno de titanes he mantenido un semblante serio y he centrado mi vista en la pantalla. Pero la chica de enfrente casi micciona en sus enaguas de la risión.
No es de extrañar que luego, al volver, mi jefe me haya preguntado si sabía por qué el cliente ha solicitado que le instalemos algún software para hacer el mantenimiento en remoto...
Todos y cada uno de los técnicos que le hemos tratado acabamos con la convicción de que nos había pillado manía, hasta que intercambiamos opiniones y nos dimos cuenta que ese capullo nos odia a todos. Lo raro es que siga siendo cliente nuestro, porque nos trata como absoluta escoria.
Su empresa tiene varias oficinas, y me he desplazado a una de ellas para hacer el mantenimiento contratado. El primer equipo que he estado mirando estaba detrás de una mampara de vidrio semitraslúcido, por lo que si se entraba por la puerta, se podía adivinar mi silueta detrás, pero no se podía saber quién estaba sentado ahí.
Mientras estoy sentado allí, oigo cómo entra el anglosajón, y de repente, escenificando una especie de baile, ha empezado a cantar algo así como "Good morning, good morning", plantándose delante de cada una de las mesas, a modo de saludo de año nuevo a sus empleados (mayoritariamente féminas). Y así, cual Fred Astaire, de un salto gracil y estiloso se ha plantado delante de mi, cambiando su semblante de alegría por uno de sorpresa, luego vergüenza, y luego supongo de cabreo monumental. Y el gallito que le ha salido ha sido de antología.
Con un esfuerzo digno de titanes he mantenido un semblante serio y he centrado mi vista en la pantalla. Pero la chica de enfrente casi micciona en sus enaguas de la risión.
No es de extrañar que luego, al volver, mi jefe me haya preguntado si sabía por qué el cliente ha solicitado que le instalemos algún software para hacer el mantenimiento en remoto...
5 comentarios:
juas, vaya con el inglesito... ea pos mejor, mantenimiento remoto y así no hay que verle el careto (bendito VNC y similares)
Ja, ja, ja... que bueno. Le estoy viendo la cara de pringao, jajajajaja...
Por cierto, enhorabuena por el blog, gracias a ti, otros seguimos en la brecha.
Saludos.
Bretón + good mornig...
...inevitablemente
http://www.youtube.com/watch?v=1dWMIuipn_c&feature=related
Muwahahahahahah!!!
Jajajajjajajaaa!!! que bueno! En estas ocasiones en las que tienes que aguantar la sonrisa y poner cara de "aqui no ha pasado nada", son las mejores.
Alguna alegria de vez en cuando no viene mal!
;-)
Estimado Sr.Malévolo
A mí, personalmente, me hace más gracia esta versión del sketch. Más que nada por el timbre ;-)
http://www.youtube.com/watch?v=6M7o66Ojsh0
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